JOAN VICENÇ DURAN LLACER
¿Quién es Joan Vicenç Duran Llácer? ¿Usted mismo como se definiría personalmente y profesionalmente?
Soy un industrial vocacional, al que siempre le han gustado las fábricas, sobre todo su gestión. Siempre me han interesado mucho más las personas que las máquinas. Como formación de base, soy Licenciado en Química por la Universidad de Barcelona. Mi carrera industrial empezó profesionalmente en FACOSA – Fundición y Acabados del Cobre como Jefe de Laboratorio a los 24 años. Mis inquietudes me llevaron a formarme en estadística, control de calidad, compras, dirección de producción y, planificación y dirección de empresas. Cuando cumplí 32 años me nombraron director de fábrica de CONDUCTEL – CONDUCTORES ELECTRICOS S.A, del mismo grupo empresarial, donde viví lo que era dirigir una plantilla, con la totalidad de la responsabilidad industrial.
A los 37 años, el Grupo francés Rhône Poulenc me contrató para dirigir la fábrica de la empresa Siliconas Hispania S.A. que acababan de comprar a un empresario local. Me pareció que era la edad ideal para afrontar un desafío de aquella magnitud y vivir el mundo y la metodología de una empresa multinacional, en una fábrica de tamaño de empresa familiar. La plantilla total de la empresa era de 150 personas.
Allí fue donde viví la experiencia de cambiar la cultura preventiva de una plantilla acostumbrada a tener un accidente cada dos o tres semanas hasta, al cabo de los años, superar el millón de horas sin accidentes con baja. Mis inquietudes siguieron y me formé en escuelas de negocio y a los diez años, aproximadamente, me nombraron director general de Rhodia Siliconas España S.A., como se llamaba la empresa en aquel momento.
Siempre es difícil definirse. Creo que soy una persona muy tenaz y que en los momentos precisos sabe mantener la pasión por su trabajo con una cabeza lo más fría posible. He intentado siempre ser respetuoso tanto con mis jefes como con mis colaboradores y he potenciado todo lo que he sabido el trabajo en equipo.
¿Cuál es su actividad actualmente después de una experiencia tan dilatada?
Actualmente soy el presidente de COFACO – Consorcio Nacional de Industriales del Caucho, vicepresidente de ETRMA (European Tyre & Rubber Manufacturers’ Association) y presidente de la Comisión de Seguridad Industrial de FEDEQUIM.
Después de la autoedición de mi libro, y de mi jubilación, me dedico a dar conferencias de mi experiencia y a ayudar empresas que quieren llegar a la excelencia en prevención o corregir situaciones indeseables.
Me podrán conocer mejor si visitan el sitio web: https://www.ceroaccidentes.es/
¿Por qué se decidió a escribir su libro?: “Cero accidentes. ¿Una utopía?”
Hace diez años, quizás menos, vino a verme Joan Junyent para hablarme de su libro. Le compre 100 para toda la plantilla. Yo creo que Joan plantó allí una semilla que luego fructificó dentro de un proceso que se explica en el epílogo del libro, apoyado en la reflexión de que es una lástima que todo el conocimiento de una vida profesional se pierda en su totalidad con la jubilación de la persona.
¿A quién está dirigido el libro? ¿Con qué intención?
Mi ilusión es que lo lean los directores generales y que se den cuenta de que se duerme mucho mejor cuando tú tienes una empresa más segura, que insegura. La realidad es que la mayoría de los que lo compran son profesionales de la prevención o de los recursos humanos.
Tengo que añadir que algunas empresas lo han comprado para toda su plantilla como yo hice, o para acciones didácticas en sus fábricas.
Mi intención la he expuesto en la pregunta anterior: explicar mi experiencia para que fuera útil para los demás.
Si alguien desea adquirir el libro, ¿qué debe de hacer?
Puede contactar conmigo a través de este enlace. https://www.ceroaccidentes.es/contacto/
Según usted ¿cuales son para usted las claves para llegar a este objetivo “cero accidentes” ?
Sin duda, conseguir movilizar un colectivo hacia el objetivo, haciendo el camino de la mejor forma posible. Para ello es necesaria la implicación y ejemplaridad total de la dirección.
Mi ilusión es que lo lean los directores generales y que se den cuenta de que se duerme mucho mejor cuando tú tienes una empresa más segura, que insegura.
¿Encontró resistencias internas o externas para el cambio?
La verdad es que externas ninguna. En interno había un grupo de personas al que yo llamaba “sector crítico” que encontraban mal todo lo que yo decidía y que criticaban todas las ideas de mejora, cualquiera que fuera su origen. Llegaron a desanimarme, pero una anécdota que se explica en el libro, me hizo cambiar totalmente de actitud y hacerme pensar que una minoría no puede hacer que se perjudique a una mayoría, que eran los que apoyaban el proyecto.
¿Alguna pista más que sea útil para los lectores?
En un proyecto así, y en otros muchos, es fundamental identificar a los actores clave que participan en él, y que pueden ayudar al resto de personas a creer en él, como ellos. Tuve la suerte de hacerlo y … acertar. Nada se hubiera podido hacer sin Claudia, Lidia, Gemma, Pau, Pablo, Juan, Jonás o Frutos que son los nombres figurados de algunos de los protagonistas del libro, así como de mis jefes en la época crucial, que supieron tener paciencia y confiaron en el colectivo. Siempre estaré agradecido a todos, que me permitieron vivir una de las más grandes aventuras de mi vida profesional.
Viendo la realidad de las empresas y el tejido empresarial actual ¿Cómo describiría el panorama preventivo actual en nuestro país? ¿Piensa que esta pandemia de Covid19 obligará a cambiar algo en este sentido?
Hemos progresado mucho, sobre todo en el nivel de formación e implicación de los profesionales de la prevención que trabajan en las empresas. De todas formas, todavía vemos pocos responsables de prevención o directores de seguridad colgando del director general en el organigrama, seamos pacientes. COVID ha dado una enorme oportunidad a los profesionales de la prevención, que por la información que tengo está siendo muy apreciada por las empresas. Falta convertir esto en hechos y dar más responsabilidades y capacidades de decisión. No tengo una bola de vidrio para adivinar el futuro, no sé si se mantendrá o no esta progresión, aunque tengo mis dudas de que, si la actividad económica despega rápido, se mantenga esta posición o se vuelva a priorizar el aspecto económico.
Un tema que da para mucho es de los SPA y que rol deberían tener en el futuro y como evitar la multiplicación de empresas sin verdadera vocación preventiva, solamente lucrativa.
¿Cuáles son las principales recomendaciones que se transmiten en sus conferencias?
Hemos de cuidar más a las personas. Cada vez que me piden mejorar la situación de una fábrica, el resultado es excelente siempre, y no principalmente por mi trabajo, sino porque las personas han percibido que la empresa apuesta por ellas y por su Seguridad.
Liderazgo, humildad, no despreciar el riesgo, no banalizar los accidentes “leves” (horrible palabra para un accidente), no culpabilizar, en fin, todo lo que se puede encontrar en el libro más anécdotas personales que no están en él, que ilustran que sí se puede tener una fábrica con mejora continua.
Liderazgo, humildad, no despreciar el riesgo, no banalizar los accidentes “leves” (horrible palabra para un accidente), no culpabilizar,….
Como conclusión. ¿Cuál sería su principal recomendación a una empresa PYME de nuestro entorno que pretenda mejorar en sus índices de accidentabilidad? ¿Por dónde debería empezar?
Si me permiten un toque de humor en esta entrevista tan seria: que me llame su director y hablamos.
Seguro que algo positivo ocurrirá. Es muy difícil conseguir todo lo que se hizo en aquella fábrica sin la firme voluntad de cambio de TODA la jerarquía. Aunque sea una inmensa obviedad: ¿alguien duda que una empresa limpia, ordenada y sin accidentes no es mejor que una sucia, desordenada y con una plantilla angustiada de pensar quién será el próximo accidentado?. Esta vez empecemos por arriba.
Muchas gracias, Joan Vicenç.