La curva del olvido…. formación en PRL y reducción de siniestralidad.
Cuando hablamos de formación en Prevención de Riesgos laborales nos encontramos ante la necesidad de que esa formación sea efectiva, que permita modificar comportamientos y consiga transmitir las buenas prácticas que deben hacer un trabajo más seguro y confortable.
Los que trabajamos en formación de riesgos laborales tenemos a menudo dudas sobre que eso sea así.
Para conseguir una formación eficiente, se debe impartir de modo impactante, ameno, adaptado a la realidad y se debe ir repitiendo con cierta frecuencia.
Y precisamente de eso queremos hablar en este artículo, de la importancia de la reiteración de los mensajes que queremos transmitir para que estos sean asimilados por sus destinatarios. De la frecuencia con la cual debemos reiterar un mensaje si deseamos conseguir que llegue a su destinatario y que sea asumido por él.
En relación a esto viene a colación la teoría de la “CURVA DEL OLVIDO”, formulada a mediados del S XIX por Hermann Ebbinghaus.
Las causas más frecuentes de accidentes en el trabajo 2018
Según el avance del Ministerio del Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, en 2018, la causa más frecuente de accidentes en el trabajo en España ha sido el sobreesfuerzo físico sobre el sistema musculo esquelético. Uno de cada tres accidentes laborales con baja son debidos a estos sobreesfuerzos.
Repetir el mismo movimiento una y otra vez de forma inadecuada o cargar pesos en una mala postura son algunas causas de lesiones musculares que provocan bajas que, generalmente, son de larga duración.
¿Cómo reducir la incidencia de estas lesiones? La forma más eficaz de reducir estas incidencias es la adecuada formación de los trabajadores, una formación que realmente de respuesta a las características particulares del puesto y su interacción con el resto del centro de trabajo.
La formación un aspecto crítico para disminuir la siniestralidad
La formación es fundamental dentro de la planificación de la Prevención. Por esta razón, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales le dedica por completo su artículo 19, en cuyo primer párrafo establece que el empresario deberá garantizar que cada trabajador reciba una formación teórica y práctica, suficiente y adecuada, en materia preventiva, tanto en el momento de su contratación, cualquiera que sea la modalidad o duración de ésta, como cuando se produzcan cambios en las funciones que desempeñe o se introduzcan nuevas tecnologías o cambios en los equipos de trabajo.
Por otro lado, la Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social configura como falta grave (artículo 12.8) por incumplimiento de las obligaciones en materia de formación e información suficiente y adecuada a los trabajadores acerca de los riesgos del puesto de trabajo susceptibles de provocar daños para la seguridad y salud y sobre las medidas preventivas aplicables.
La formación más allá de la legalidad
La formación para que sea eficaz debe entenderse como un aprendizaje basado en los valores de seguridad y que se vinculen a la salud. La cultura de la prevención de riesgos se fundamenta en el compromiso y la participación; puede resultar extraño hablar de cultura de la prevención como una novedad. Hace ya más de 10 años que existe en nuestro país un marco legal que presenta la cultura de la prevención, como un eje, el objetivo y el medio fundamental para conseguir una mejora efectiva de las condiciones de trabajo. Existen diferentes enfoques para abordar la prevención y cada uno de ellos puede resultar útil de algún modo.
Nosotros queremos hacer hincapié en un aspecto que, hasta ahora, no se le ha dado mucha importancia. La formación adecuada tanto al puesto de trabajo como a la vida laboral del trabajador.
En la mayoría de empresas la formación se hace de forma puntual y sólo se vuelve a realizar en caso de que el trabajador cambie de puesto de trabajo y se hayan cambiado las características del mismo.
El empresario está convencido que sus obligaciones ya están cubiertas y que su trabajador desarrollará sus tareas de forma segura, siguiendo las pautas explicadas en su formación.
No obstante, tal como hemos visto, la siniestralidad no disminuye, incrementándose los accidentes con una fuerte dependencia de la actuación del trabajador.
¿Por qué un trabajador actúa de forma insegura?
Aunque la formación haya sido en su día efectiva, adaptada al puesto de trabajo y realizada con los medios adecuados, los conocimientos se van diluyendo en el tiempo, los malos hábitos aparecen de nuevo y la probabilidad de accidente aumenta.
La curva del olvido en la formación o cómo el conocimiento se diluye en el tiempo
Queremos hablar de un concepto que influye de forma decisiva en la eficacia de la formación y, por tanto, tiene un impacto directo en la mejora de las condiciones de trabajo y la reducción de la siniestralidad de forma sostenible.
El aprendizaje y la memorización de una nueva información son procesos que pueden ser aburridos. Cuando finalmente memorizamos la información no significa que ya lo memoricemos de por vida, sino que el cerebro tiene la tendencia a borrar de forma eficaz lo que aprendemos. Aquí entra la importancia de la curva del olvido.
¿Cómo funciona nuestra memoria?
Lo que aprendemos se desaprende rápidamente. De hecho, empieza a desintegrarse a las pocas horas, como se puede observar en el gráfico.
Curva del olvido Ebbinghaus
Pocas horas después de haber asistido a un curso ya solamente recordamos un 50% de su contenido. Dos días después no recordamos prácticamente nada… Este fenómeno se denomina curva del olvido.
La curva del olvido se puede aproximar pro una función
t Paso del tiempo
s Intensidad del recuerdo
Por tanto, cuando más grande es la intensidad del recuerdo, mejor es la retención del mismo, mientras que el paso de tiempo incrementa el olvido. Vemos también, que la curva del olvido es prácticamente la misma para todas las personas, ya que la retención depende de 2 variables exógenas a la persona t y s.
¿Qué es el olvido?
El concepto del olvido hace referencia a la pérdida de información almacenada en nuestro cerebro después de pasado un cierto tiempo. Puede estar provocada por diversos motivos, falta de atención, importancia de la información recibida o simplemente al paso del tiempo. En algunas ocasiones, puede incluso deberse a una reacción de protección ante una situación que nos provoque estrés o algún trastorno.
La capacidad de olvidar cumple con una función adaptativa, ya que el cerebro elimina mucha información que cree que no necesitaremos. Cuando recordamos un momento concreto en nuestras vidas no solemos recordar en detalle (salvo en casos muy excepcionales con memoria fotográfica y/o situaciones de gran emotividad) todos los estímulos que estaban presentes en dicha situación, sino la idea principal, debido a que hemos permitido el olvido de los elementos más contextuales.
Uno de los primeros estudios que se llevaron a cabo respecto a este fenómeno fue el que condujo a la elaboración de la curva del olvido, que posteriormente ha sido explicada a través de diversas teorías.
Hermann Ebbinghaus y la curva del olvido
Hermann Ebbinghaus es muy conocido en el mundo de la psicología, debido a los estudios que realizó sobre la memoria. Este famoso psicólogo alemán contribuyó en gran medida a esclarecer los distintos procesos implicados en la retención de la información, así como en la pérdida u olvido de ésta.
Hermann Ebbinghaus realizó diversos estudios basados en experimentos que realizó sobre sí mismo como sujeto experimental. Memorizaba series de sílabas aleatorias, repitiéndolas una y otra vez hasta que le quedaban perfectamente fijadas. Posteriormente valoraba qué tanto por ciento recordaba en función del paso del tiempo y sin realizar ningún repaso.
A través de los resultados desarrolló la conocida curva del olvido, un gráfico que indica como ante la memorización de un determinado material el nivel de retención de la información aprendida disminuye de manera logarítmica con el paso del tiempo.
Esta curva del olvido fue realizada a través del método del ahorro a través del cual se resta el tiempo necesario para reaprender la lista al tiempo necesario para aprenderla por primera vez.
El método de ahorros de Ebbinghaus
Materiales: Sílabas sin sentido, consistentes en una serie de 3 letras con la estructura de consonante, vocal, consonante: CVC
El método consistía en repetir un número determinado de veces series de sílabas sin sentido y tratar de recordarlas en el mismo orden después de 20 min, 1 h, 8 h, 1 día, 2 días, 5 días, y 31 días
Se medía el tiempo invertido en realizar el primer aprendizaje
Se medía la duración del reaprendizaje de la misma lista en el mismo orden de presentación al cabo de diferentes retrasos (20 min, 1 h, 8 h, 1 día, 2 días, 5 días, y 31 días)
Se calculaba la diferencia entre el paso 1 y 2.
A través de esta curva se puede realizar una comparación entre la información procesada y la que se mantiene en la memoria. Desde la perspectiva de Ebbinghaus, dicha pérdida es debida al paso del tiempo y a la no utilización de la información.
Los resultados de los experimentos y su análisis en la curva del olvido indican que, tras el momento de la memorización de la información, la retención disminuye inicialmente de forma muy marcada. Después de un día, la retención puede situarse en sólo un 33%. A partir de este momento, los recuerdos se desvanecen más lentamente, ya que si vemos la gráfica al cabo de un mes la retención ha descendido hasta alcanzar un 21%. Sin embargo, el material que se retiene después de este tiempo es prácticamente nulo, con lo que el tiempo empleado para reaprenderlo puede ser muy similar a la inicial.
Algunos aspectos destacables que se deducen de la curva del olvido es que es necesario menos tiempo para reaprender un material que para aprenderlo desde cero, incluso lo que se ha desvanecido completamente de la memoria. De este modo, este junto a otras investigaciones de diversos autores ayudan a hacer ver que en el proceso de olvido la información no se desvanece de la mente, sino que pasa a un nivel inconsciente que permite su recuperación mediante el esfuerzo y el repaso.
Explicaciones derivadas de la teoría de Ebbinghaus
La curva del olvido es una gráfica que permite tener en cuenta la progresiva pérdida del material memorizado, siempre y cuando no se practique el repaso de dicho material.
A partir de la curva del olvido han surgido diferentes teorías que intentan explicar dicha pérdida, siendo dos de ellas las siguientes.
Teoría del decaimiento de huella
La teoría del decaimiento de la huella es una teoría elaborada por el propio Ebbinghaus que pretende explicar la curva del olvido. Para el autor, la pérdida de información es debida principalmente al poco uso dado a dicha información, con lo que la huella de memoria dejada en nuestro organismo se debilita y desvanece con el paso del tiempo. A nivel biológico se considera que las estructuras neuronales acaban por perder las modificaciones que el aprendizaje produce en ellas, con lo que se volvería a un estado similar al previo al aprendizaje.
Las investigaciones reflejan que el decaimiento de la memoria se da especialmente en la memoria a corto plazo, pero si la información consigue pasar a la memoria a largo plazo pasa a ser permanente. En el caso de que algo almacenado en la memoria a largo plazo no resulte accesible, el problema se da principalmente a nivel de recuperación de la información.
Esta teoría es criticada porque no tiene en cuenta diversos factores, como el hecho de que se memorice nueva información que complique las estructuras neuronales y que, por tanto, haga más complejo el acceso a la información. Además, existen más variables que influyen en la capacidad de recuerdo, como la propia cantidad de material a recordar o la impronta emocional de la información. Así, a mayor cantidad de material mayor la dificultad de mantenerlo en el tiempo y en el caso de que el conocimiento despierte sensaciones y emociones fuertes en el aprendiz resulta más sencillo que el recuerdo permanezca.
Teorías de la interferencia
Diversos autores consideraron que la teoría de la decadencia de la huella no era suficiente para explicar el proceso del olvido, ya que lo que simplificaba en exceso. Teniendo en cuenta que siempre estamos aprendiendo conceptos nuevos y que lo que intentamos memorizar es muy complejo por su variedad e importancia para nosotros. Se consideró que no se había tenido en cuenta la creciente complejidad producida por la agregación de nueva información de información, que se solapa con la anteriormente memorizada. De ahí, surgen las teorías de la interferencia, que plantean que la información a aprender no se recuerda porque se añade más información a nuestro cerebro que complica el acceso.
Dicha interferencia puede darse de manera retroactiva o proactiva. En el caso de la interferencia proactiva un aprendizaje previo dificulta la adquisición de uno nuevo. Si bien no explica propiamente el olvido, sí que pone en relieve un problema en codificar la nueva información. La interferencia retroactiva es la que produce la presencia de un nuevo conocimiento que solapa el material a recordar. Así, aprender algo nuevo hace que nos sea difícil recordar lo anterior. Este fenómeno explicaría en gran medida la pérdida de información que se da en la curva del olvido.
Cómo evitar el olvido
El estudio de la memoria y el olvido ha permitido la creación de diferentes estrategias y técnicas con el fin de que los aprendizajes se mantengan en la memoria. Para evitar los efectos observados en la curva del olvido resulta fundamental el repaso del material aprendido.
Como ya demostraron los experimentos llevados a cabo, el repaso repetido de la información hace que el aprendizaje se consolide cada vez más, bajando progresivamente el nivel de pérdida de información con el tiempo.
Por esta razón, si a la curva del olvido se le añade la variable repaso se obtiene una nueva gráfica totalmente diferente. Así, según esta nueva gráfica si al día siguiente de estudiado un material se hace un repaso se vuelve a recordar un 100% y, lo que es más importante, la curva del olvido se modifica.
El uso de estrategias mnemotécnicas también resulta de gran utilidad, al mejorar la capacidad de representación mental. De lo que se trata es de utilizar de un modo más eficiente los recursos de los que dispone el propio sistema nervioso para agrupar de un modo más eficiente las unidades de información. Así, incluso si el cerebro pierde neuronas y otras células importantes por el paso del tiempo, las que quedan pueden comunicarse de un modo más eficiente, reteniendo la información importante.
Pero incluso en los casos en los que no hay un daño cerebral significativo, las técnicas mnemotécnicas nos ayudan a mitigar los efectos de la curva del olvido. El motivo es que nos ayudan a crear unidades de significado más sólidas, a las que podemos llegar rememorando una variedad más variada de experiencias. Por ejemplo, si asociamos una palabra a un personaje de dibujos animados que tiene un nombre parecido, la cadena de fonemas que forma ese nombre propio nos servirá de apoyo para que nos venga a la mente lo que queremos recordar.
En definitiva, la curva del olvido es un fenómeno universal, pero tenemos un cierto margen de maniobra a la hora de establecer qué nos puede hacer olvidar y qué no.
La curva del olvido en la planificación de la formación en prevención
Para que la formación tenga un impacto a largo plazo en los trabajadores y disminuyan las malas prácticas, podemos poner en práctica diferentes técnicas:
El efecto de memoria espaciada
El efecto de memoria espaciada es el que explica que cuando la formación se distribuye a los largo del tiempo, en lugar de una sola sesión, el aprendizaje gana en eficiencia.
El efecto de la memoria espaciada tiene varias teorías que la sustentan. La más aceptada por los expertos defiende que la memorización de gran cantidad de información produce un proceso cognitivo deficiente. El cerebro se satura con la gran cantidad de información a la que está expuesto y no puede continuar procesando la información que le hacemos llegar.
Poner a prueba la memoria
Si en un proceso de formación introducimos el acto de poner a prueba la memoria, aunque sea unas pocas veces, lograremos mejorar la retención de la información.
Para mejorar la retención, debemos hacer crecer progresivamente los intervalos de tiempo entre cada puesta a prueba de la memoria, de esta forma desafiamos al cerebro a recordar. El refuerzo aquí es fundamental.
El efecto de la posición en serie
El efecto de la posición en serie explica la tendencia que tenemos los seres humanos a recordar mejor los primeros y los últimos elementos de una serie y recordar peor los intermedios. Ebbinghaus acuñó este término cuando descubrió que los recuerdos varían como una función de la posición de un elemento dentro de una lista.
Cuando a una persona se le pide que recuerde los elementos de una lista en cualquier orden, tiende a recordar primero los elementos finales. Así mismo, los primeros elementos se recuerdan con mayor frecuencia que los intermedios.
Es necesario dar énfasis al inicio y al final del contenido de una capacitación.
El microaprendizaje, que imparte el conocimiento en pequeños fragmentos activos en lugar de extensos monólogos, cobra más sentido bajo esta teoría.
Pues eso…. que no se os olvide.
RISK XXI – Prl & Services