En la industria cinematográfica no es oro y glamur todo lo que reluce y es que, aunque a simple vista no lo parezca, meterse en la piel de un personaje puede conllevar una serie de riesgos. Consciente de ello, los cineastas contratan a menudo a dobles de acción para interpretar aquellas secuencias más peligrosas. El rodaje de ciertas películas estuvo marcado por terribles accidentes que, en ocasiones, cambiaron los códigos de rodaje. Como siempre, la realidad supera la ficción. Fuente: La Vanguardia.