El gas radón se ha convertido en un riesgo laboral y ambiental de creciente preocupación. Invisible, inodoro y de origen natural, este gas radiactivo se libera del suelo y de las rocas —especialmente las que contienen uranio— y puede acumularse en interiores poco ventilados como sótanos o plantas bajas. Su inhalación prolongada aumenta de forma significativa el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, siendo, según la OMS y la EPA, la segunda causa principal de esta enfermedad tras el tabaco.
Nueva normativa para reforzar la protección frente al radón
La entrada en vigor del Real Decreto 1029/2022, que aprueba el Reglamento sobre protección de la salud frente a las radiaciones ionizantes, ha marcado un punto de inflexión en el control del radón. Este marco legal introduce medidas específicas para limitar la exposición tanto en viviendas como en centros de trabajo, estableciendo un valor máximo de 300 Bq/m³ en el aire.
Las empresas están obligadas a evaluar la exposición de sus trabajadores y a implementar medidas correctoras si se superan los niveles establecidos. Entre las actuaciones preventivas más eficaces destacan el sellado de grietas y juntas, la mejora de la ventilación natural o forzada y la realización de mediciones periódicas mediante equipos homologados.
Zonas con mayor concentración de radón en España
Según el Mapa del Potencial de Radón del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), las regiones con mayor presencia de este gas son Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid. En el ámbito laboral, los sectores con más riesgo incluyen minas, túneles, cuevas, plantas potabilizadoras o balnearios, donde la acumulación de radón es más probable.
Integrar la evaluación del radón en la prevención laboral
La evaluación del riesgo por exposición a gas radón debe formar parte de la Prevención de Riesgos Laborales (PRL) e incluirse en los informes técnicos elaborados por los servicios de prevención o las unidades de protección radiológica.
En RISK XXI Prl&Services te ayudamos a evaluar y prevenir los riesgos derivados del gas radón.




